Vuelta al cole

Las mañanas de recados, siestas ociosas, las tardes de sol y risas, las comidas interminables, chapoteos en el agua, las cenas a la luz de las velas… las vacaciones de verano tocan a su fin, y es que como se suele decir lo bueno pasa pronto…

Los peques de la casa regresan a las aulas y las mamis trabajadoras volvemos a la bendita rutina con cierto amargor por los sentimientos encontrados, por dejar de disfrutar de sus torbellinos juegos a todas horas mientras hacemos el pino puente por seguir al día (en la medida de lo posible) con nuestras obligaciones laborales.

Y es que la maternidad tiene algo de maléfica, ya que nunca sabes si lo que haces por tu bien y el de tus hijos es bueno realmente o si te estas equivocando. Trabajar o no trabajar, esa es la cuestión. Llegar a todo es la premisa de la madre del Siglo XXI y acabamos las tardes con un agotamiento bestial, pero que en el caso de muchas, como el mío, no acaba cuando acuestas a los peques, sino que continúa unas horitas más frente al ordenador… pero en verano se vuelve aun un más complicado conciliar…

Realizarte profesionalmente es bueno para tu autoestima, bueno para tu futuro y ser un ejemplo para tus hijos, pero conseguir ser una perfecta madre, una eficiente trabajadora, una hacendosa ama de casa y una buena esposa, es difícil , como también se suele decir… quien mucho abarca, poco aprieta. Hoy estoy refranera… Yo tengo la suerte de ser mi propia jefa, y aunque en verano hay que seguir pagando cosas, prefiero trabajar un poco menos para disfrutar de mis pequeñas, ya que cada día es un día menos de su infancia, y cada verano que pasa me doy cuenta de que estas niñas que conozco ya no volverán. Y pienso en esas madres que han de cumplir un horario y dejar a sus niñas en campamentos, con los abuelos o con una niñera…más horas de las que desearían… y aunque mis niñas se lo pasaron genial los 15 días que fueron al campamento, difrutaron mucho con sus abuelos y los ratitos que pasaron con su niñera, fueron ratitos que me devolvieron la organización de mis quehaceres laborales pero que no son suficientes para trabajar al 100%… y me hace sentir pequeñita, una madre a medias, una trabajadora a medias, una ama de casa a medias… en verano hay que repartirse un poco más.

Pero hoy, que mis peques vuelven al cole y un nuevo año escolar pasará volando centrada en mi trabajo (el cual adoro), siento mucha nostalgia por todas esas horas que pasarán en el cole y en actividades deportivas y artísticas que forjarán su futuro pero que me despojan de su torbellinos juegos, de sus abrazos inmensos y sus besos pegajosos, sus sonrisas de chocolate y sus elocuentes y divertidos razonamientos… Yo volveré a mi rutina, será más fácil sacar el trabajo adelante, coordinar mi agenda, pero echaré de menos levantar la mirada del ordenador o mientras organizo el estudio, y  encontrarme que el ruido de risas ha sido sustituido por el silencio adulto que rodeará mis horas  los próximos 9 meses…

Un verano más ha pasado y las niñas de hoy serán diferentes en el próximo…

Feliz vuelta al cole!

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